Hace 6 años la Federación nacional de puntos de venta mixtos Loterías y Apuestas del Estado ofreció a Alberto García ampliar su negocio, la Droguería la Villa de Almazán, la entrega y recogida de paquetería”. Empezamos con Celeritas y poco a poco fuimos ampliando a GLS, DHL, Amazon, Decathlon, Zalando… más que por el beneficio, que es mínimo, es por ofrecer un servicio más al pueblo”, explica el comerciante. Admite que “casi cuesta dinero”, por la disponibilidad horaria y de espacio que se requiere para dar cobertura a los pedidos, sí bien, al mismo tiempo es una fórmula de atraer clientela a ese establecimiento tradicional, de forma que a la vez que acuden a recoger un artículo adquirido por internet o a devolverlo, se llevan alguno de los productos de esta droguería, sellan una apuesta o compran lotería.
“Somos casi los únicos en Almazán quedamos esta opción y si hemos notado más clientela. Mucha gente de la que entra no vendría a la tienda si no fuera por esto”, sostiene Alberto García. El volumen de paquetes diarios que mueven en este punto de recogida es sustancial, con una media de 30, por encima de la cuarentena en fechas concretas, como el Black Friday y Navidad.
Dependiendo del paquete o de la empresa, el beneficio que obtiene por bulto se sitúa entre 0,10€ y 0,30 €. “Está claro que no es para vivir de esto. Pero cada vez que se compra más por internet y eso que, a veces, se paga más, se compra más caro el mismo producto que un comercio tradicional […] Pero hay que adaptarse a cada época. Entre comisiones y envíos esto no deja mucho, pero… nada tienes, así que si vas picando de un sitio y de otro…”, argumenta este tendero de 35 años que trabaja en establecimiento familiar (tercera generación) desde los 16 años, junto a su tío.
“Mientras pueda aguantar, quiero mantener mi negocio”, apunta. También el hecho de trabajar en un pueblo, donde todo el mundo se conoce, permite avisar de forma personalizada a los clientes que ya tienen su pedido, más allá del mensaje de la empresa que recibe el comprador.
Además de contar con punto de venta de lotería desde hace 50 años (dio el gordo del sorteo del niño en 2021) y vender productos de droguería, perfumería, pinturas y limpieza, también presta servicio de reparación de calzado a través de un Zapatero de Ólvega. “Hay que abrirse a todo”, concluye.