Las Quinielas inician su andadura en España el día 22 de septiembre de 1946.
Debido a la enorme afición al futbol que por aquel entonces ya existía en nuestro país, como lo demostraba la enorme afluencia a los partidos, y a las cantidades económicas que se apostaban entre aficionados acerca de cual seria el resultado del partido, el gobierno decide regular las apuestas deportivas creando el día 12 de abril de 1946 el Patronato de Apuestas Mutuas y Benéficas.
El primer boleto de la quiniela, que se disputa el 22 de septiembre de 1946, estaba compuesto por 7 partidos:
Atletic Bilbao – Español (resultado: 4-1)
Murcia – Castellón (resultado: 2-0)
Oviedo – Real Madrid (resultado: 0-0)
Atlético Aviación – Real Gijón (resultado: 2-2)
Valencia – Sabadell (resultado: 1-0)
Barcelona – Celta de Vigo (resultado: 1-1)
Deportivo Coruña – Sevilla (resultado: 0-0)
El premio del boleto era de 2 pesetas, que se abonaban en el momento de retirar el boleto, antes de efectuar el pronostico.
Se jugaron en esa primera jornada 38.530 boletos, con una facturación de 77.060 pesetas.
Aparecieron 62 boletos premiados, dos de la primera categoría que cobraron 9.603 pesetas cada uno, uno de segunda categoría que cobró 7.202 pesetas, uno de tercera categoría que cobró 4.801 pesetas y 58 de cuarta categoría que se llevaron 59 pesetas y 75 céntimos.
De todo lo recaudado se destinaba a premios el 45%, a la Beneficencia otro 45 % y el 10% restante para los gastos administrativos y de gestión de las quinielas.
Los premios se otorgaban a los acertantes de los goles marcados por cada equipo y en su defecto al ganador o empate, asignando una escala de puntos que hacía muy complicado el sistema.
Los pronósticos empezaron a formularse sobre un complicado boleto que comprendía cuatro cuerpos, uno para depositar en el departamento A de un buzón dispuesto en las delegaciones y expendedurías de tabaco. Otro para depositar en el departamento B del mismo buzón, otro para entregar en la delegación en caso de sumar 130 puntos o más, y el cuarto como resguardo para el cobro, el cual exigía señalar el resultado para cada uno de los siete partidos que entraban en juego.
La puntuación que se asignaba era la siguiente en función del resultado:
30 puntos si el resultado era exacto,
20 si se acertaba el ganador y la misma diferencia de goles,
19 si había diferencia de un gol,
18 puntos si había diferencia de 2 goles
y así sucesivamente, siempre sobre la base de acertar el ganador.
En los casos de empate, un gol de diferencia sobre el resultado real suponía 19 puntos y dos goles de diferencia 18 puntos.
Cualquier otra diferencia o resultado no sumaba puntos en el boleto.
Este sistema estuvo vigente las dos primeras temporadas de la historia de la Quiniela (temporadas 46-47 y 47-48).
Al comienzo de la primera temporada solo funcionaban en España 8 delegaciones del patronato: Sevilla, Madrid, Barcelona, Bilbao, Coruña, San Sebastián, Valencia y Vigo. Cuando finalizó la primera temporada, sin embargo, ya funcionaban 26 delegaciones en nuestro país.
En 1948 se implanta el sistema del 1X2 y los 14 partidos en el boleto, sistema que perdura hasta el día de hoy, con pequeñas variaciones.
El boleto constaba de dos cuerpos, uno para depositar en el buzón y otro como justificante y resguardo del apostante.
De los 14 partidos que comprendía el boleto, 8 pertenecían a la Primera División (Liga formada por 16 equipos) y 6 a la Segunda.
En los boletos figura el nombre y firma del apostante.