Gabri, apostador profesional desde hace cinco años, relata cómo compra datos de personas de América del Sur a cambio de 50 o 70 euros para poder seguir ganando con las apuestas.
Las casas de apuestas imponen grandes limitaciones a los usuarios que ganan dinero de forma habitual en mercados poco conocidos y estos buscan sus trucos para evitarlo.
Las estadísticas dicen que solo uno de cada 10 apostadores gana dinero. El resto pierde y son carne de bonos, ofertas y gratificaciones por parte de las casas de apuestas. Es el perfil habitual del joven que hace apuestas de poco valor económico como ‘hobby’. Un día puede ganar 20, 50 o 100 euros, pero lo habitual es que pierda 2, 5 o 10 casi a diario. A largo plazo, la casa de apuestas le habrá ‘rascado’ algo de su bolsillo y le tentará con nuevas promociones para que siga probando suerte aquí o allá. Estos son sus clientes preferidos y en algunos casos caen en la ludopatía. Sin embargo, los apostadores que ganan dinero tienen que agudizar el ingenio para combatir las limitaciones de las casas de apuestas, cuyo lema es: ‘si me ganas dinero, no será por mucho tiempo’.
Gabri, un nombre ficticio porque prefiere no destapar su identidad, es estudiante y se adentró en el mundo de las apuestas hace cinco años. Mientras hablamos con él, su teléfono móvil no deja de vibrar. Hay un partido de la tercera de Noruega que promete goles «aunque esta temporada la tendencia ha cambiado un poco. El año pasado nos forramos”. Habla en plural porque está dentro de uno de estos grupos de moda en Telegram donde paga cientos de euros al mes a cambio de pronósticos de alta confianza en mercados ‘no líquidos’, es decir minoritarios y poco conocidos.
«Cuando apuestas a ligas poco habituales o tenis ITF la casa de apuestas te limita. Si haces varias apuestas de 100 o 200 euros a la liga de fútbol femenina y ganas, te ‘cortan el chorro’». Desde ese momento, la apuesta máxima puede llegar a ser de un euro para que el apostante no pueda ganar más dinero. Ante esto, Gabri tuvo que buscar soluciones para evitar la limitación de la casa de apuestas, que han sido denunciadas en varias ocasiones por este abuso.
«En grupos de Facebook hay intermediarios de América del Sur que ofrecen datos personales para crear nuevas cuentas. Contacté con uno de ellos y me vendió datos para crearme un nuevo usuario. Él hace de intermediario y en su país compra los datos de familiares, amigos o conocidos… Me los ofrece por 50 o 70 euros y él se queda con su comisión», relata.
El entramado es mucho más sencillo de lo que puede parecer. El intermediario crea una cuenta en la casa de apuestas con los datos de una persona y abre una cuenta de ‘Skrill’ (monedero que permite los pagos y transferencias de dinero a través de Internet) con los mismos datos. «A partir de ahí, yo opero con ellos e ingreso el dinero en la casa de apuestas para poder apostar. Me pasa una foto del DNI por si la casa de apuestas me lo pide», continúa Gabri.
Una vez creada la cuenta con los datos de una persona de América del Sur, toca cambiar la dirección IP para que la casa de apuestas no sospeche: «Tengo una aplicación que se llama ‘ExpressVPN’ y cuesta 10 euros al mes. La activo y me da una dirección IP de Brasil, Argentina, México… siempre dicen que es mejor no utilizar una IP colombiana porque te pueden pillar antes», afirma.
El siguiente paso es acceder a la aplicación desde el teléfono móvil. Tan sencillo como «entrar desde ‘ExpressVPN’ con la IP de América del Sur y ya te puedes desconectar, porque solo tienen en cuenta la IP desde la que te conectas. Después, tengo 12 horas (plazo máximo) hasta que la aplicación me pide que vuelva a registrarme. Cuando se cumple el plazo, borro la caché y vuelvo a repetir el mismo proceso».
¿Cómo retiro el dinero a España? ¿Y Hacienda?
Cada mes, Gabri supera de media los 4.000 euros ganados en las apuestas pese a las trabas que se encuentra. Llega el momento de transferir el dinero desde la cuenta de América del Sur hasta España. «Hay varias fórmulas. Yo lo saco a través del ‘Skrill’ con los datos de la persona que me han vendido. Una vez ahí, los transfiero a mi cuenta delbanco. Son cinco minutos».
Sin embargo, a veces se ha encontrado con problemas para hacer llegar el dinero hasta su cuenta corriente, ya que las casas de apuestas son muchos más exigentes a la hora de pagar que a la de permitir un registro. «Hay veces que la casa de apuestas te pide verificar tu cuenta para poder retirar el dinero. El intermediario también me pasa un ‘selfie’ del dueño junto al DNI. Yo lo envío a la casa de apuestas y ya puedo retirar sin problemas».
Durante los últimos años, Gabri ha ganado más de 50.000 euros de media comprando los datos personales de «unas 20 o 25 personas, dependiendo del tiempo que tarden en limitarme».
Fuente: LAINFORMACIÓN.COM