Los bombos que reparten el Gordo y las bolas que lo inscriben son el producto de una compleja fabricación
Horas antes del Sorteo, los operarios instalan los bombos, la tolva y el resto de la maquinaria, para que todo esté a punto
El próximo 22 de diciembre tendrá lugar el esperado Sorteo Extraordinario de Navidad. Pero antes de celebrarlo o consolarse, toca levantarse con las voces de los niños de San Ildefonso y admirar la maquinaria que hace posible este Sorteo que dura tres horas y media: Desde los reconocibles bombos, pasando por las bolas, las liras (donde se colocan las bolas ordenadas para su comprobación), el paraguas (para colgar las liras), las tablas (donde se colocan las bolas ya cantadas), la tolva (recipiente para trasladar las bolas a los bombos…) o la trompeta, recipiente en el que se deslizan las bolas antes de ser cantadas.
Pero, ¿de qué material están hechos los bombos? ¿Hay algún tipo de sistema detrás?
Bombos del siglo XXI
«Los bombos se fabricaron a petición de Loterías del Estado», indica Vallejo. Este trabajador de la empresa Fluidmecánica Sur, dedicada a la maquinaria hidráulica y eléctrica para el sector naval, recuerda que recibieron el encargo con una «enorme alegría». Lo cierto es que la tarea era seria. Los nuevos bombos debían sustituir a los antiguos, de principios del siglo XX. También incorporar una tecnología más desarrollada, mediante la creación de un sistema eléctrico innovador. «La mayoría de las piezas son de bronce y latón. La estructura donde se apoya es de acero. Está formado por piezas pequeñas, de mecano. La unión entre esas piezas se atornilla y también se usa alambre de latón», concreta. ¿Y si hay fallos? No pasa nada, porque ya está previsto: «Todos los sistemas eléctricos están duplicados».
«Se hizo una copia del bombo antiguo, pero con mayores dimensiones», indica Vallejo. Su fabricación fue motivada por un cambio en el sorteo, cuando se pasó de las 66.000 viejas bolas a las 100.000 actuales. Entre cuatro y seis personas participaron en el proyecto, que exigió analizar los modelos originales. «Pasé por Madrid, miré el bombo existente y tomé medidas. Luego realicé los planos y estudios de materiales», añade. Lo cierto es que carecía de referencias. «Tengo entendido que no existen en ninguna otra parte del mundo. En los sorteos que se hacen semanalmente y en otros países, hay diferentes bombos que tienen diez bolas. Sin embargo, en este bombo, todas las bolas están en el interior», explica.
Aunque no fue el único reto al que se enfrentaron. Las liras —instrumentos donde se recogen las bolas del sorteo— fueron renovadas junto a los bombos. «También se hacen de latón», señala Vallejo. Fabricar el material solo fue una parte del trabajo. Ahora, cada año, vigilar que todo funcione bien durante los días previos al sorteo marca una rutina imprescindible. «Nos toca ir a Madrid a hacer la puesta en marcha. Como el bombo está parado prácticamente todo el año, hacemos una revisión de todas las conexiones, de las piezas, de la parte eléctrica. Asistimos al sorteo por si pasa algo», cuenta. En total, tres de los participantes de su construcción forman parte del público que asiste a la rifa en el Teatro Real, siempre atentos de cualquier problema que pueda surgir.
Sólo en números hay 10.000 bolas diferentes–
Respecto a las bolas, existen dos tipos diferenciados: las de los números, que suman 100.000 y las 1.807 correspondientes a los premios. Todas ellas fabricadas en madera de boj, cuentan con idéntico peso y tamaño (3 gramos y 18,8 mm), y llevan grabados con láser los números y letras.
Fuente: ABC.es