Con la Guerra de la Independencia, las fuerzas antifrancesas crearon «la Lotería Moderna» a imitación de la instaurada medio siglo antes por Carlos III. El éxito de estos sorteos hizo que desde entonces se celebrara uno extraordinario en las fechas previas a Navidad
La promulgación de la Constitución de 1812, obra de Salvador Viniegra
Carlos III se vio obligado por las circunstancias a venir desde Nápoles, donde reinaba en relativa calma, a ponerse al frente de la convulsa Corona de España en 1759. Junto a varios consejeros italianos y un espíritu reformador, Carlos se trajo a España algunas de las fórmulas que le habían funcionado en Nápoles y Sicilia para aumentar la recaudación sin necesidad de subir los impuestos. El nuevo Monarca importó, entre otras muchas ideas, una lotería a nivel nacional para recaudar el mayor dinero posible. Fue el origen de la Lotería Primitiva, que medio siglo después fue imitado en su funcionamiento por las fuerzas antinapoleónicas para crear el antecedente de la Lotería de Navidad que hoy conocemos y que cada año reparte fortuna y dinero a miles de españoles.
Frente a una crisis económica que se había convertido en crónica desde el cambio de dinastía, Carlos III buscó instaurar este tipo de juego de azar beneficiándose de la experiencia adquirida durante su etapa de gobierno napolitana, entre los años de 1734 y 1759. El Monarca hizo traer a España al director de la lotería napolitana, don José Peya, quien se encargó de dar forma al sorteo. En apenas unos meses se autorizó, por el Real Decreto firmado por el Marqués de Esquilache el 30 de septiembre de 1763, el establecimiento del juego en Madrid.
Aunque los juegos de azar y los sorteos no eran una novedad en España, la Lotería de Números (lo que hoy es la Primitiva) fue recibida con mucho entusiasmo por el pueblo español en su primer edición el 10 de diciembre de 1763, con un sistema muy similar al actual. En aquel sorteo, el 75 por cierto de lo recaudado se destinó a premios y el 25 por cierto restante fue para el Estado. Sin embargo tuvo que pasar casi medio siglo para que en 1812 naciera el antecedente directo de la actual Lotería Nacional, la conocida como «Lotería Moderna», donde los boletos ya sí tenían impreso un número.
Las Cortes de Cádiz y la lotería patriótica
Con la Guerra de la Independencia, España quedó dividida en dos partes bien diferenciadas: la regida por el hermano del emperador, José Bonaparte, y la antifrancesa. Frente a los problemas de liquidez de esta segunda, el Ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciríaco González Carvajal, presentó ante las Cortes Generales y Extraordinarias en Cádiz (sede de la resistencia hispana) un nuevo proyecto de lotería como «un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes». La idea era recaudar todos los reales que se pudieran con el objetivo de expulsar a las tropas napoleónicas de la península. El sistema del sorteo, según estableció, sería similar al que existía en Nueva España (actualmente México) y que había creado Carlos III. Así, la creación de esta lotería se aprobó el 23 de noviembre de 1811 y el primer sorteo se celebró el 18 de diciembre de 1812. Precisamente por el parecido de su funcionamiento con el instaurado por Carlos III, ambos sorteos fueron bautizados con distintos nombres para diferenciarlos: la más antigua (la de Números) fue denominada «Primitiva» y la nueva, «Moderna».
La forma de participar en el sorteo, no obstante, era mucho más enrevesada de lo que es hoy en día. El interesado debía seleccionar los números a los que quería apostar de entre un total de 90. A continuación, seleccionaba la cantidad de dinero y finalmente el tipo de apuesta que realizaría. Éstas podían ser varias: «extracto simple», en la que el jugador escogía un solo número y obtenía premio en caso de que fuera uno de los cinco extraídos; «extracto determinado», donde además de escoger un número se especificara el lugar en el que sería extraído; «ambo», en la que se debían escoger dos números sobre los que realizar la apuesta; y «terno», en la que se realizaba la apuesta sobre tres números.
Dando forma a la lotería actual en 1862
A raíz del éxito de esta lotería, surgió una legión de videntes, canallas, bribones y tunantes dispuestos a beneficiarse de la codicia de quienes querían ganar con atajos. Entre los manuales supuestamente matemáticos para acertar los números del sorteo se encontraba «Misterios de la Lotería Primitiva ó el Gitano Cabalista del siglo XIX», escrito por un hombre de etnia gitana que citaba los números que saldrían supuestamente del bombo en los años siguientes obtenidos a través de la magia de las cartas. Incluso afirmaba haber creado un sistema perfecto para ganar llamado «la jugada del diablo».
Poco años después de ponerse en marcha, los sorteos de la Lotería Moderna se comenzaron a celebrar dos veces al mes ante la gran demanda y se oficilizó la celebración del sorteo extraordinario de Navidad. Mientras tanto, la decadente Primitiva fue abolida por la Ley de Presupuestos del 4 de mayo en 1862 ante su poca demanda, lo cual causó de rebote el cambio de nombre de la Lotería Moderna a la de Billetes, puesto que ya no hacía falta diferenciarla de su competidora. No en vano, los escasos consumidores de la Primitiva formaban parte de las clases populares y fue necesario ajustar el precio de la de Billetes para absorber a esta clientela. Se optó, asimismo, por añadir tres sorteos más y se redujo el precio de la fracción mínima a diez reales en dos sorteos y a cuatro reales en otros tres sorteos. Una disminución radical del precio que dio lugar al formato clásico.
El sorteo específico de la Lotería Nacional celebrado en diciembre se le cambió el nombre por Lotería de Navidad el 23 de diciembre de 1892, aunque el título no apareció impreso oficialmente en los billetes hasta 1897. Más de 100 años después, en 1985, el Gobierno recuperó la Primitiva, cuyo sorteo se volvió a celebrar a partir de la publicación del BOE en agosto de ese mismo año. El primer sorteo se realizó el 17 de octubre de 1985 con una excelente recaudación donde las ventas fueron de 473.213.425 pesetas. Desde ese momento, la Primitiva se llevo a cabo los jueves de cada semana.
FUENTE: PERIÓDICO ABC